"Entonces, Francesca, ¿qué piensas de este equipo? ¿Estás satisfecha con los resultados deportivos? ¿Y el regreso? ¿alguna vez lo ha habido?"
Esa es la pregunta que me hacéis muchos de vosotros, en las redes sociales y en persona, tanto si os conozco personalmente como si no, y sea cual sea vuestro sector de actividad.
A dos semanas del final del Giro de Italia, mientras que el equipo ya ha empezado a competir de nuevo por las carreteras de Europa (el ZLM Tour holandés terminó el domingo con una buena actuación), creo que es mi deber resumir los resultados competitivos conseguidos en la 107ª edición de La Corsa Rosa y responder a esta pregunta, con algunas reflexiones desde "dentro".
[Para las reflexiones sobre la remontada tendréis que esperar un poco más, pero esas también llegarán, y bien documentadas].
Dos podios (ambos terceros puestos) para Andrea Pietrobon (5ª etapa, para los que se perdieron el reportaje recomiendo el artículo: Francesca in Giro con Polti - Las emociones del Giro) y Giovanni Lonardi (11ª etapa).
Pietrobon ganó la clasificación ''Escapada'' con 14 escapadas en 21 etapas (605km de escapada) y en segundo lugar el Capitán Mirco Maestri con unos impresionantes 523Km en sus piernas.
Andrea también ganó la clasificación 'Flying Sprint'.
A lo largo del Gran Tour, nuestros chicos consiguieron nada menos que cinco premios a la combatividad, lo que demuestra el carácter luchador y aguerrido del equipo.
Y por último, pero no por ello menos importante (al contrario), nuestro joven Davide Piganzoli terminó 13º en la Clasificación General, demostrando una perseverancia, fuerza de voluntad y determinación -también gracias a un buen trabajo en equipo- que recordaré la próxima vez que alguien me diga: "ah Signora mia, ya no quedan jóvenes como los de antes...".
Y hasta aquí todo son noticias e información que ya posee cualquiera que navegue por Internet.
Entonces, ¿cuál es la respuesta a la pregunta?
Sí, estoy satisfecha con los resultados deportivos del que creo que es mi equipo.
No solo eso, diría que también estoy muy orgullosa.
Demostró ser un equipo valioso, un equipo activo, capaz de aprovechar las oportunidades; demostró ser un grupo además de un equipo, donde uno necesitaba al otro, el otro estaba allí dispuesto a apoyar.
Y pude verlo muy de cerca.
¿Los corredores han respondido plenamente a las expectativas (de los patrocinadores, del público, de los periodistas, de la dirección, pero sobre todo a las suyas propias)? No, creo que no, al menos no todos. ¿Alguno las superó? Estoy segura de ello (¡sin duda la mía!).
Estoy igualmente segura de que todos se llevaron algo importante a casa.
Grandes satisfacciones, nuevos y eternos vínculos (profesionales y personales), conciencia de las propias capacidades y límites, experiencias únicas e inolvidables (para los que se perdieron el resumen de la etapa 12 y la escapada de Maestri con Alaphilippe, id a verlo, esencia del ciclismo en un vídeo: Team Polti Kometa (@teampoltikometa) - Instagram fotos y videos) pero también aprendizajes, importantes, de esos que necesitas para crecer, madurar y evolucionar.
Algunos han aprendido que tendrán que trabajar la perseverancia, otros la aptitud psicofísica, otros el "miedo a ganar" que -he descubierto- "no es más" que entrenarse para ganar, una actitud también para atreverse, para sentir el instinto dentro, para no tener miedo a equivocarse, para intentarlo una y otra vez. Porque solo asumiendo riesgos se puede cambiar, se puede evolucionar y se pueden conseguir resultados importantes (porque ¿no es eso una metáfora de la vida?).
Muchos miembros del staff y ciclistas, en la última noche, la más divertida y cómplice de todas, decían con una mezcla de sentimientos, sin duda emoción, que éste era el Giro de Italia más bonito de los cuatro disputados por este equipo. Todos dieron sus razones, algunas comunes, otras personales y únicas, sin embargo, si tuviera que elegir una diría: el sentido de pertenencia. Viviendo con ellos, casi todos los días, me di cuenta de cómo el sentido de pertenencia era el motor que hacía que todos participaran y se "comprometieran" con la meta.
Ya fuera la meta volante, la posición en la clasificación, ganar una etapa, intentar una escapada, daba igual. Todo orientado a los resultados, dejando de lado posibles rencillas personales, el tener que trabajar doce horas porque otro trabajó seis, la ineficacia, el error, todo pasaba a un segundo plano para favorecer un clima sereno y de colaboración, para favorecer la consecución de los objetivos.
Pertenencia significa apego a ese maillot, a esos colores, pero también a los nombres que están encima de esos colores, a todos ellos. Porque en este deporte, los patrocinadores somos mucho más que socios; como suele decir Ivan (Basso N. del A.), somos protagonistas, juntos, de la fuerza "sostenible" del ciclismo, cómplices de un proyecto superior, ambicioso, desafiante. Y nos gustan los retos.
N.B. l título de este artículo es un guiño al famoso libro de una de mis escritoras favoritas, Jane Austen, pero ¿dónde están los prejuicios en este caso? A la pregunta "¿estas satisfecha?" alguien añadió: "¿y te has divertido, eh?" con todos los prejuicios que se quieran leer en ella. La respuesta es fácil, clara e inmediata: sí, y mucho.
Francesca Polti