La sostenibilidad del planeta pasa por muchos hábitos que los ciudadanos realizan en su día a día; y la limpieza es uno de ellos.

Las empresas del sector han realizado muchos esfuerzos en este ámbito y ofrecen productos que no son nocivos para el medio ambiente, tanto en su fabricación como en el empleo posterior, lo que llamaríamos una limpieza ecológica.

Las alternativas al modelo tradicional están sobre la mesa y el público tiene la opción de escogerlas, para llevar a cabo una limpieza del hogar más sostenible y respetuosa. 

Desde Polti queremos explicarte más sobre el tema.

La limpieza ecológica es un concepto que está ganando presencia en los hogares.

La conciencia del ciudadano hacia la situación climática y el futuro del planeta es cada vez mayor y busca acciones que repercutan positivamente sobre este objetivo.

Limpiar la casa es una labor necesaria que se realiza de forma periódica y que, además, está sujeta a un amplio margen de mejora en materia medioambiental. 

Cómo identificar la limpieza ecológica

Saber diferenciar entre los artículos de higiene ecológicos y aquellos que utilizan compuestos químicos es el primer paso.

La definición de sus componentes es un buen indicativo y, en ese sentido, habría que buscar los productos que están elaborados, únicamente, con aceites y aromatizantes de origen vegetal y los sulfatos de alcohol de grasa de coco, entre otros.

Estos son los orígenes más comunes entre la producción sostenible y cuya identificación debe revisarse en las características del producto.

En el extremo opuesto está la oferta formada por sustancias que no siguen criterios ecológicos. El amoniaco, la naftalina y el alcohol etílico son las más frecuentes. 

La identificación de un producto de limpieza ecológico también se encuentra en la etiqueta homologada, que se incluye, de acuerdo con la normativa de la Unión Europea, en aquellos artículos que están elaborados, en su totalidad, por compuestos sostenibles.

No hay que olvidar, en esta idea, los conceptos biodegradables y la libertad de la crueldad animal, ya que una propuesta de limpieza solo será respetuosa con el medio ambiente si puede ser reutilizada o si no se ha obtenido por medio de pruebas con animales.

Estos puntos, sumados a los remedios ecológicos, dan paso a un producto de limpieza completamente ecológico y sostenible. 

Productos concretos de limpieza ecológica

El listado de productos ecológicos es muy amplio y abarca prácticamente la totalidad de necesidades de limpieza.

El líquido fregasuelos, los diferentes productos para limpiar muebles y cristales, el limpiador de cal y óxido o las aplicaciones multiusos son ejemplos que pueden seguir criterios de sostenibilidad.

Esta idea se encuentra en la composición natural de sus componentes y en el hecho de que son envases reciclables, que pueden tener otro uso en el futuro.

Estos artículos suelen incluir, además, un sistema de dosificación para regular su uso y están preparados para trabajar con una necesidad mínima de agua. 

La idea de limpieza ecológica también se encuentra en el funcionamiento de algunos electrodomésticos, como la lavadora o el lavavajillas.

Son espacios de limpieza que necesitan determinados productos (pastillas, detergente, suavizante, etc), los cuales pueden estar producidos de una forma sostenible. 

Para cumplir con el objetivo de conseguir unas labores de higiene completamente respetuosas con el medio ambiente hay que incluir otros artículos como las bolsas de basura orgánicas, los rollos de papel secamanos o las toallitas de origen natural y las bayetas multiusos ecológicas.

Corresponden a un grupo de productos que se utilizan diariamente, en acciones cotidianas, y que a lo largo del año generan una gran cantidad de residuos.

La propuesta natural y ecológica rompe con esta condición y ofrece una opción sostenible, con una producción adecuada y que puede ser reciclada para un uso posterior. 

Otras formas de limpiar

La búsqueda de un sistema de limpieza más natural y sostenible no se queda únicamente en los productos, pues también abarca otras formas de llevar a cabo esta tarea.

Las alternativas al método tradicional son conocidas y solo piden que los usuarios las lleven a cabo.

La regulación del uso del agua es una acción imprescindible en este objetivo, especialmente en el contexto actual de sequía que afecta a un número creciente de regiones del planeta.

Un sistema adecuado consiste en realizar pequeños llenos del cubo, con la cantidad mínima, que será cambiada cuando resulte necesario.

Lejos queda la idea tradicional de llenarlo hasta el máximo de agua, cuando se perdía una parte importante del recurso.

Cuando acudimos al servicio, es recomendable no tirar los papeles dentro del WC (salvo casos de evidente necesidad), ya que de esa forma el aparato funciona mejor y no requiere de tanta fuerza del agua. 

El empleo de otras alternativas de limpieza ecológica también puede ayudar. Son productos que se emplean para otros usos y que, además, tienen funciones higiénicas.

El limón, el bicarbonato y el aceite son los más comunes; pues tienen propiedades desinfectantes.

Son alternativas a la lejía, al igual que el bicarbonato o los productos derivados del árbol del té.

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